capítulo 4

Hola chicas!! No hago muchos comentarios, pero sepan que las leo todos los días!! Aunque seamos pocas, es muy importante para mí saber que les gusta lo que escribo!! Gracias por estar, y espero que sigan la novela, y que se enganchen con la historia, hace mucho que tengo esta idea, pero nunca me anime a escribir!
Gracias de nuevo, las quiero! Clari

Capitulo 4:

8 de julio, 2011

En el hospital brillaba una luz especial. Se respiraba una energía alegre, llena de vida. Y todos sabían quién era el causante. Ese bebé era el primer nacido después de mucho tiempo, por lo cual todos hablaban de él.

A la noche, los chicos volvieron a la cabaña para descansar. Asi que solo quedó la feliz pareja junto con el nuevo integrante. No podían dejar de mirarlo, estaban enbobados con Bruno, que en ese momento se encontraba en brazos de su padre.

Thiago: Es tan tranquilo…

Mar: Si, es igual a vos pela!

Thiago: Es hermoso

Mar: Y con semejante padre!!

A Bruno se le despertó el hambre en ese momento, así que Thiago se lo dejó a Mar

Mar: Mi mini pela tiene hambre, ya era hora!

Mientras mar alimentaba al bebé, Thiago la miraba fascinado.

Mar: Por qué me miras tanto?

Thiago: Porque te amo, los amo, y nunca voy a poder agradecerte lo suficiente por esto.

Mar: Yo también te amo, y yo te doy las gracias a vos por estar siempre, soportarme, cuidarme y quererme. Soy la mujer mas feliz del mundo gracias a vos.

Thiago: Nunca me hubiera imaginado que íbamos a terminar así.

Mar: Te das cuenta que a partir de ahora somos papás, y nuestra vida depende de este chiquitito?- Dijo, mirando a Bruno.

Thiago: Cuando me contaban sobre tener un hijo, no creía mucho que se pueda amar tanto a alguien tan chico, pero ahora lo confirmo

Y le dedicó a Mar una de esas sonrisas compradoras que tanto le gustaban, un suave beso en los labios, y también uno en la cabeza de su hijo.

Bruno abrió los ojos en ese momento, no lo había hecho antes,y miró a esas dos personas que lloraban y reían al mismo tiempo. Pero él no lloró, solo se acomodó mejor sobre su madre para poder seguir disfrutando de tanta paz.

Esa noche, Mar dormía en su cama, Thiago en un sillón al lado, agarrando su mano, y Bruno en su pequeña cunita. Si alguien hubiera visto esa escena, hubiera quedado conmovido y asustado, conmovido por la familia durmiendo, y asustado por el extraño hombrecito vestido de blanco, con un reloj colgando, que miraba con ternura al recién nacido y a sus padres.