miércoles, 5 de agosto de 2015

Capítulo 22

Capítulo 22:
Bruno escuchó una voz. Le sonaba extremadamente familiar, aunque no sabía de dónde. Se sentó en su cama. Ya estaba pensando en que era un sueño cuando la volvió a oír, esta vez más clara
Bruno: Hola?
La voz solo repetía su nombre. Se levantó de su cama, un tanto asustado. Era una voz femenina, bastante angelical. La siguió hasta la sala de ensayos, en donde se hizo más fuerte. Al entrar, una tenue luz blanca hizo que apartara la vista.
En el centro de la sala había una mujer parada, con su típico vestido blanco y largo. la conocía, por supuesto
Bruno: Vos?
-Hola, Bruno
Bruno: Qué hacés acá?
-Quería ver cómo te estás adaptando de vuelta a tu mundo. Veo que bastante bien
Bruno: Sí, gracias. Estoy bien
-Ya veo. También debía hablarte de algo
Bruno: De qué?
-De tu misión. Ya es hora de que comienze
Bruno: Pero qué tengo que hacer?
-Va a ser muy simple. Yo te voy a avisar dónde tenés que ir. Vas a escuchar mi voz, como antes. 
Bruno: Todavía no sé viajar en el tiempo
-Todo se aprende. Pero antes, tengo que presentarte a alguien que también va a ayudar en tu misión. Aunque, vos ya la conocés.
Con otro resplandor, una figura apareció de la nada junto a Eudaimonia. Era pequeña, algo encorvada, con el pelo canoso. Pero tenía una sonrisa muy dulce y ojos transparentes y expresivos. Parecía una de esas mujeres que te gustaría tener como abuela. 
-Bruno
-Ella es Esperanza
Bruno: cómo? Esperanza…?
-Del año 2068, sí. Pero sigo siendo yo. Estás tan lindo como siempre, Bruni
-Ella también te va a ayudar en cuanto la necesites. Podés recurrir a ella para preguntarle lo que sea
Bruno: Esto es todo muy raro
-Ya lo sé. Pero tu misión no puede esperar más. Vamos a ponernos en marcha. Tu primer paso es el pasado. Tenés que viajar al principio de los tiempos, antes que todo ésto exista
Bruno: A  hacer qué?
-Algo muy simple. Solo  tenés que persuadir a los hombres que vas a encontrar allí para que coloquen el reloj
Bruno: El reloj? Cómo…
-No hay tiempo. Vamos. Concéntrate, pensá en el pasado. En los antiguos prunios…
Bruno cerró los ojos y pensó, pero no obtuvo resultado. Luego de la tercera vez de intentar, abrió los ojos, frustrado
Bruno: No puedo!
-Eso es porque no lo hacés bien. Estás imaginando el lugar como algo de fantasía. Tenés que pensarlo como un lugar verdadero. Imaginate ahí. Yo sé que podés
Bruno lo volvió a intentar, esta vez con más fuerza y dedicación. Sintió como si sus pies se levantaran del piso, flotando. Cuando los volvió a abrir, estaba en un lugar totalmente distinto.
Era una gran llanura, imposible de distinguir dónde. Se encontraba en el centro de lo que parecía una construcción, pero aún no estaba avanzada. Se sorprendió al ver a los hombres allí. Vestían de una forma muy rara… definitivamente era otro tiempo. Al pasar por un charco de agua, casi se cae. Su ropa era distinta, completamente blanca. Hasta su cuerpo no era el mismo. Reconoció la cara en el reflejo, que ahora era suya. Claro que la conocía. La voz resonó en su cabeza, “no hay tiempo”.
Miró a su alrededor, y vió lo que estaba buscando. El reloj. Era el mismo que coronaba el altillo de la mansión. Se acercó a uno de los hombres, y comenzó a hablarle en un idioma que desonocía hasta ese momento. El hombre pareció entenderle, asintió y siguió trabajando. Dio unas órdenes al resto, y enseguida cargaron el reloj. Luego de estar colocado, Bruno apoyó un objeto sobre él…
Y volvió a estar en su casa, con su cuerpo, en la sala de ensayo
Bruno: Qué…?
-Felicitaciones. Acabas de cumplir tu primera misión

2 comentarios:

  1. Mass!!! Eres increíble como continuas la historia....la amo!!

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  2. Bruno sin entender nada pobre! Pero lo lleva bien

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