jueves, 13 de agosto de 2015

Capítulo 26

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Capítulo 26:
Desde un principio, supieron que el viaje no iba a ser de puro placer. En realidad, todo surgió a partir de la llegada de los chicos desde el pasado, ya que no querían que ocurra nada que los pueda perjudicar. Pero había otra razón oculta, que solo conocían Nico y Cielo. Y era mucho más oscura y peligrosa de lo que ellos imaginaban.
Mar: Y qué vamos a hacer hoy?
Nico: Estabamos pensando en algo diferente
Rama: Diferente en qué sentido?
Nico: Diferente. Venimos haciendo excursiones, salidas, recorrimos, pero estamos pensando en cambiar un poco
Jaz: Les pasa algo a ustedes?
Vale: Sí, están raros
Cielo: No, no es nada. Pero como ustedes nos conocen, saben que no dejamos todo así en los viajes
Simón: Qué están planeando?
Nico: ya lo van a descubrir. Digamos que es una...salida diferente
Todos quedaron intrigados ante el misterio de Nico y  Cielo. Pero sabían que no les iban a decir, aunque insistieran. Media hora después, estaban en el colectivo, sin saber a dónde se dirigían. Les habían pedido que vayan cómodos y no muy cargados.
Nico: Bueno, ya llegamos
Luca: dónde estamos?
Amado: Sí, qué es ésto?
Nico: Este, chicos, es un lugar muy distinto al que vimos antes, y al que estamos acostumbrados. Éste pueblo está a tan solo 20 minutos de la ciudad, pero parece totalmente aislado. La gente acá vive en condiciones deplorables. La sociedad los discrimina, los aparta. Es chico, no hay muchos habitantes. Pero sin dudas, necesitan nuestra ayuda
Kika: Qué horrible, vivir así
Rose: Pero en qué podemos ayudar nosotros acá?
Cielo: Eso lo van a tener que descubrir solos. Ahora, vayan. Miren con sus propios ojos
Quedaron impactados ante lo que vieron. Definitivamente, ese lugar estaba en problemas. El frío y la nieve no ayudaban en nada. La gente vivía en casas muy precarias, la mayoría sin calefacción. Había muchos enfermos esperando ser atendidos en el pequeño dispensario del lugar, pero el médico local no daba abasto. La única escuela estaba cerrada, ya que había un problema en el techo, por lo cual los chicos estaban en sus casas. Las personas que podían, viajaban a la ciudad para trabajar. El resto, tenía que arreglarse con lo que tenían. A los chicos les afectó mucho ver cómo vivían diariamente, y por eso decidieron intervenir. No podían dejar que esa gente siga sufriendo.
Aunque a veces eran muy ruidosos, y al ser muchos, era difícil organizarse, cuando era algo importante, todos sabían qué hacer. Bruno fue a ayudar al médico con los enfermos. Un grupo, liderado por Jazmín, se dirigió a hablar con el encargado del pueblo. Otro grupo intentó arreglar la escuela, mientras que el resto decidió pasear por el lugar para ver en qué podían ayudar.
Mar y Mora acompañaron a Bruno a la casa que funcionaba de hospital. Constaba de tres habitaciones, una cocina y dos baños solamente. En una de las habitaciones funcionaba una especie de sala de maternidad, y en las otras dos colmaban camas con los enfermos.
Mar: Cuánto tiene?
-Dos meses
Mar: Es hermosa. Cómo se llama?
-Giuliana
Mar: Y está bien?
-No sé. Desde que nació, solo le hicieron una revisión
Mar: La criás sola?
-Sí, el padre no está acá
Bruno: Mora, me podés ayudar?
Mora: Qué pasa?
Bruno: No te asustes. Necesito que sostengas a ésta mujer como yo te indique
Mora: Por? Qué le vas a hacer?
Bruno: le tenemos que poner un medicamento inyectable. Por favor
La mujer estaba volando de fiebre. Mora se dió cuenta al instante. Tenía los ojos cerrados, y se movía sin parar, como si estuviera soñando. Apartó lo más que pudo su miedo para poder ayudarla. Había algo que le resultaba perturbador en ella.
Bruno: Lista? Sostenela
Hizo lo que Bruno le indicó hasta que terminó de aplicarle el medicamento, y se fue calmando de a poco. Era impactante estar viviendo todo eso. Pero lo más sorprendente fue descubrir que la mujer había estado repitiendo una palabra todo el tiempo, que no habían escuchado por no prestar atención. No llegaron a descifrarla del todo, pero quedaron muy intrigados en saber qué significaba.

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