Capítulo 67

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Capítulo 67:
Al día siguiente.
Tristeza. Esa era la palabra que mejor definía lo que pasaba en la casa en esos momentos. Tristeza. Cuando todo termina y te sentás tranquilo, es cuando nos damos cuenta de las cosas. Cuando todas las emociones y los dolores son sentidos realmente en el cuerpo. Y es cuando nos ponemos a pensar.
Y el pensamiento desata los sentimientos.
Nadie hablaba. Y era raro, viniendo de ellos. Pero estaban en silencio. Silencio total e inquietante. Silencio de entierro.
Estaban esperando a que sea la hora de ir hacia el cementerio. Después de haber pasado la noche entera llorando, gritando, pataleando y mucho más, había llegado el momento de despedirse.
No había ninguno de ellos que no se sintiera fatal. Porque era fatal. Todo lo que habían vivido parecía una pesadilla, y al estar así, empeoraba. Porque era cuando se daban cuenta de que la realidad era esa.
No se perdonaban haber realizado esa intervención. Nunca se hubieran imaginado algo así. La policía seguía buscando a los culpables, pero el daño estaba hecho. No había vuelta atrás.
Amado no salía de la cama. Ya llevaba todo un día completo sin comer ni hablar, solo ahí. Y a pesar de que todos tenían una especie de resentimiento hacia él, no lo denunciaron a la policía. Después de todo, era un primo, o sobrino.
Había llegado la hora. Debían partir hacia el cementerio. Fueron cada uno en su auto, manteniendo el pacto de no hablar. Nunca habían estado tan callados en sus vidas.
Pareció un viaje eterno. La larga cola de autos formada detrás del coche fúnebre llamaba la atención.
La parcela que tenían para ella estaba justo al lado de la de Salvador. Les pareció lo más apropiado, además de que era un lindo detalle. El clima era frío, a pesar de la llegada inminente del verano.
-Lo lamento muchísimo, chicos. Era una gran persona. Los dejo para que se despidan.
Paz fue la primera que dió un paso al frente. Tenía los ojos rojos e hinchados.
Paz: No sé qué voy a hacer sin vos… cómo vivir ahora que no estás? Si sos mi ejemplo de vida. Pero ese es el punto. Te fuiste peleando por lo que pensabas correcto. Sos una luchadora, mami. Por eso te admiro tanto. te voy a extrañar tanto… todos los días. Siempre, siempre vas a estar en mí. Y ojalá pueda llegar a ser la mitad de lo buena persona, mamá, tutora y amiga que fuiste vos.
Rama: Fuiste la primera persona que confió en mí. Nos apoyaste desde siempre a seguir nuestros sueños. Con tus canciones, tu música, tu forma de ver la vida a pesar de que todo vaya mal, tu alegría de todos los días, y tu amor. Es por todo eso que hoy estamos acá. Por vos crecimos y nos superamos. Por vos hoy somos más felices. Va a ser muy difícil seguir éste camino sin vos...pero como siempre decias, no te rindas. Te prometo, hoy, acá, que vamos a hacer lo posible por cumplir todos tus sueños. Nunca nos vamos a rendir, porque estás acá con nosotros. Siempre
Mar: Cuando las dos nos sentíamos mal, nos juntabamos, comíamos algo rico, llorabamos si había que llorar, y después ponías música, y se nos pasaba. No sé como hacías para siempre levantarme el ánimo. Crecí con vos. Fuiste mi primera mamá. Me apoyaste en todo momento, siempre. Nunca voy a poder dejar de agradecerte por eso. Quisiera llegar a ser la buena mamá que vos fuiste con mis hijos. Sos mi todo, Cielo. Te voy a extrañar cada día de mi vida. Te adoro con el alma. Por favor, no nos abandones. Ahora sí sos nuestro ángel. Cuidanos siempre. No sé…
Mar no pudo seguir porque rompió en llanto. Poco a poco, todos se fueron despidiendo de Cielo.Fue muy doloroso. Las despedidas no iban bien con ellos, y menos de una persona como ella. Era su guía.
Su salvadora.
Su líder.
Su apoyo.
Su ángel.
Nico no se despidió en voz alta. Prefirió dejar una carta sobre su tumba. Se notaba que estaba destruido.
Una mujer, grande, dió un paso al frente. Después de decir unas palabras, arrojó un líquido sobre el cajón.
Les pareció una manera ideal de despedirse.
Y luego de hacer todo el ritual, levantó la vista hacia el cielo
-Aeternum….