viernes, 20 de junio de 2014

Capítulo 31

Les prometo que el próximo capítulo les va a encantar!!! Mil gracias! Clari

Capítulo 31:
Dos horas después, todos los chicos estaban esperando afuera de la habitación de Kika en el hospital. Rama estaba a punto de contarle la verdad. Se sentían cansados, tristes y lo único que querían era ir a descansar a casa. En especial Thiago, Tacho, Jaz y Mar. Estaban tratando de esconder las lágrimas, para no hacerlo más difícil para Rama y Kika. Necesitaban ir a casa para poder llorar en paz. Mar estaba en especial triste, porque ella sentía a esa nena como su hija. La estaba esperando con ansias, tal y como lo había hecho con Bruno.
15 minutos después, Rama salió para dejar a los chicos pasar. Cuando todos lo miraron, el solo asintió. Su mirada estaba perdida, fría, se lo notaba angustiado. Decidieron dejar a las chicas pasar primero.
Mar: Permiso, podemos pasar?
Kika: Sí, pasen
Jaz: Cómo estás?
Kika: Destruida.
Tefi: Lo sentimos mucho, Kika
Mel: De verdad, y contá con nosotras en lo que sea
Kika: Gracias. Ahora lo único que quiero es irme a casa.
Mar: Los médicos dijeron que ya te podés ir, Rama está firmando unos papeles y te viene a buscar
Kika de repente empezó a llorar. Las chicas no pudieron evitarlo, y lloraron también. Se abrazaron entre todas. Se sentían muy mal.
Kika: Lo peor es que no puedo volver a tener hijos nunca.
Mar: Siempre hay una opción, Kika. Ustedes van a poder tener un bebé.
Kika: Cómo? Si ya es definitivo. No puedo quedar embarazada
Jaz: Pueden adoptar
Cari: Claro, pero siempre van a poder hacer algo.
Se volvieron a abrazar, y se quedaron así hasta que Rama entró y les dijo que se podían ir.
1 hora después ya estaban todos en la mansión de vuelta. Mar y Thiago estaban muy preocupados, porque le tenían que explicar a su hijo que esa primita que él tanto esperaba y quería, nunca iba a llegar.
Bruno estaba jugando en el patio con los Narditos, cuando Mar y Thiago entraron. El nene corrió a recibirlos, con los brazos abiertos
Bruno: Volvieron! Por qué tardaron tanto? A dónde fueron?
Mar: Ahora te vamos a contar todo, mi amor. Podés venir un ratito con nosotros?
Fueron a la sala de ensayos, y ahí le contaron todo, de forma muy tranquila para que él lo entienda. Bruno se puso muy mal, porque él de verdad quería mucho a su prima. Saber que nunca la iba a conocer, lo devastó. Pero, Bruno hizo algo que Mar y Thiago se sorprendieron cuando lo vieron. Ellos pensaron que se enteraría de la noticia, se pondría mal, pero después seguiría jugando normalmente, después de todo tenía 3 años. Luego de enterarse, Bruno salió de la sala de ensayos y se dirigió a el cuarto de Kika y Rama. Mar y Thiago lo siguieron, intrigados.
El niño entró, y encontró a Rama y Kika sentados en la cama, mirando fotos. Ellos se sorprendieron mucho al verlo.
Rama: Enano, te pasa algo?
Bruno: Quiero decirles algo
Rama: Decinos.- Rama sentó al niño upa, entre medio de ellos dos.
Bruno: Yo sé que mi primita Juli se fué y no va a volver más
Al escuchar esto, el corazón de Kika, Rama, Mar y Thiago se encogió. Pero Bruno continuó hablando, muy tranquilo.
Bruno: Y yo la voy a extrañar mucho, como ustedes y como mi mamá. Pero les quería decir que yo creo que ustedes van a poder tener un bebé, un primito para mí. Y si no pueden, yo voy a ser como un hijo para ustedes, si quieren, porque yo los quiero como a mis papás
Los cuatro quedaron conmovidos por las palabras de Bruno. No podían creer que un nene tan chiquito pueda decir esas cosas.
Kika: obvio que queremos, Brunito
Rama: Nosotros también te amamos como si fueras nuestro hijo, sabés? Te vimos nacer a vos, tus papás son como nuestros hermanos
Bruno: Si, ya sé. No sé si esto los hace sentir más felices, pero acá tienen a un nene que los va a querer siempre.
Rama: Gracias, enano. Nos hace sentir muy felices

Afuera del cuarto, Mar y Thiago miraban a su hijo, orgullosos, sorprendidos y conmovidos. mar no pudo evitar derramar unas lágrimas de emoción al ver a su pequeño hablar como un adulto. Thiago la abrazó muy fuerte y decidieron dejarlos solos, emocionados por ver como su hijo consolaba a sus amigos como ninguno de ellos pudo hacerlo.

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