viernes, 12 de septiembre de 2014

Capítulo 79


Capítulo 79:
Todo estaba pasando muy rápido. Al empezar los disparos, cada uno intentó protegerse. Corrieron hacia todos lados, y forcejearon la puerta, hasta que pudieron abrirla. Los chicos dejaron pasar primero a las chicas y a los nenes. Y ahí fue cuando se escuchó esa voz que le helaba la sangre a todos. Una voz cínica, perversa, fría y aterradora
Juan Cruz: Ya se van?
Todos quisieron entrar más rápido en la casa. Excepto Thiago. Estaba entrando cuando lo escuchó, y decidió que era el momento de hacerle frente. Se paró en seco, dió la vuelta y avanzó lentamente hacia Juan Cruz. Quisieron detenerlo, pero Thiago seguía caminando. Comenzaron a gritarle que volviera, pero era como si no escuchara. Mar, alarmada por esos gritos, salió afuera, y poco le faltó para desmayarse. Intentó salir corriendo atrás de él, pero entre Tacho y Rama la agarraron. Ella gritaba y pataleaba, pero tenían más fuerza. Thiago llegó a donde estaba Juan Cruz. Todos guardaron silencio. Estaban en la entrada de la mansión, ya todos habían salido afuera para ver, excepto los chicos. Thiago y Juan Cruz quedaron frente a frente. Mar seguía gritando, tratando por un lado de liberarse y por el otro de hacer reaccionar a Thiago
Juan Cruz: Muy valiente lo tuyo, por fin uno que se atreve a enfrentarme
Thiago: Ya estoy cansado de que no podamos vivir en paz culpa tuya
Juan Cruz: Y para qué quieren vivir en paz? Si yo me voy, va a venir otro mucho peor
Thiago: No creo que exista alguien peor que vos
Juan Cruz: Creeme, hijo. Hay personas peores
Thiago: No me llames hijo! Yo no soy tu hijo, y nunca lo voy a ser
Juan Cruz: Yo soy tu papá, así que eso te convierte en mi hijo
Thiago: Yo tengo un solo papá, Barto
Juan Cruz: Barto está muerto!
Thiago: Sí, pero sigue siendo mi papá
Juan Cruz: Vos sabés que un padre hace cualquier cosa por sus hijos. Vos no darías la vida por tus hijos?
Thiago: Por supuesto que sí, pero vos no sabés de eso. Vos sos solo el que dejó embarazada a mi mamá, pero un  padre es el que está y cuida a sus hijos. Y ese fue Barto
Juan Cruz: Entonces vos no sos un verdadero padre, Thiago. Por lo que yo sé, un padre protege a sus hijos. Y vos y tu noviecita no lo están haciendo muy bien
Mar ahogó un grito y comenzó a llorar. Quiso ir corriendo y enseñarle a Juan Cruz lo que era, pero Tacho la retuvo. Thiago, al escuchar las palabras de Juan Cruz, se acercó más a él, con los ojos enfurecidos, y lo agarró de la remera. Juan Cruz esbozó una sonrisa torcida
Thiago: Nunca más repitas eso. Vos no sabés lo que es ser un padre. Y estoy segura que mis hijos tienen a la mejor mamá que les pudo tocar
Juan Cruz: Qué lástima que no puedan decir lo mismo de vos
Thiago: Eso no lo puedo decir yo, pero estoy seguro que doy todo por cuidar a mis hijos
Juan Cruz: Es una pena que no puedas demostrarlo
Acto seguido, Juan Cruz sacó un arma de su bolsillo y disparó. Como si nunca hubiera estado ahí, Juan Cruz y sus hombres desaparecieron, y Thiago cayó al suelo, con un charco de sangre alrededor. Thiago estaba en un estado de trance. No podía responder, ni siquiera moverse. Escuchó gritos, los de Mar. Ella lloraba y le gritaba a alguien que llamara a una ambulancia. Luego sintió que se arrodillaba al lado de él, intentaba moverlo, lo abrazaba, le agarraba la mano, le suplicaba que se quedara con ella, que no se fuera. El dolor era tan intenso que ya no sentía nada. Solo podía verla y escucharla a ella, aunque estaba seguro que había mucha gente a su alrededor. Su cara pálida, muchas lágrimas cayendo por sus mejillas, sus palabras prometiendo que no iba a pasar nada, que no la abandonara. Intentó secarle una lágrima de la cara, apretarle la mano, o decirle que nunca la iba a dejar sola. pero no podía. Finalmente, dejó de intentar hacer algo, y se concentró en ella. Estaba muriendo, y lo sabía. Entonces, quiso recordar cada detalle de su cara, y si se moría ahí, lo último que quería ver era a ella, y sentir su mano junto a la de él. Y entonces todo se volvió negro, y solo oía silencio

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