sábado, 13 de diciembre de 2014

Capítulo 34

Hey! Les dejo tres capítulos seguidos para finalizar la primera parte de la maratón por hoy! Y además poruque los capítulos que se vienen son hermosos!!!!


Capítulo 34:
Todos los nervios que Mar no había sentido antes se acumularon en el momento que salió del cuarto. Y al bajar las escaleras, los nervios se duplicaron. Y al ver que sus amigas se reunían con sus respectivas parejas para comenzar a caminar, se triplicaron. Luego de que la última pareja pasara, las puertas se cerraron. Y allí apareció su papá
Terremoto:Estás preciosa, hija
Mar: Por favor, no llores vos también, que ya me hicieron llorar mucho ahí arriba
Terremoto: estás segura que querés hacer ésto?
Mar: Sí, estoy segura
Terremoto: Entonces vamos
Mar se acomodó su vestido por última vez. Estaba absolutamente hermosa. Su vestido era largo, y de color marfil. Sin tirantes, y con un escote corazón. En su cuello lucía su llave. El vestido caía, casi sin ningún detalle. No era ceñido, pero tampoco muy amplio. La tela era una seda con destellos de brillos, y no tenía nada más. Su maquillaje era muy sencillo pero hermoso, y su pelo lucía con unas suaves ondas, ocultas bajo un velo, que bajaba desde lo alto de su cabeza hasta su cintura.
Abrieron las puertas, y comenzó a sonar la marcha nupcial, que en realidad era una versión muy lenta y acústica de “Para Vos”. Mora caminaba delante de ella, con su vestido rosa y una corona de flores, repartiendo pétalos por todos lados, y Bruno iba a su lado, tomándola de la mano, llevando los anillos. Pero en ese momento todos los nervios que pudo sentir desaparecieron, al verlo al final del altar. Mar se quedó sin aire. Parecía caído del cielo con su traje, y la sonrisa más preciosa que Mar pudo haber visto nunca. Y desde allí no existió nadie mas. Solo estaban ellos, como la vez que se casaron en el bote. Ni la gente, ni el lugar, ni el paisaje. Mar solo tenía ojos para Thiago, y Thiago solo tenía ojos para Mar. Ella no podía dejar de sonreir. Al verla, Thiago sintió que era el hombre más afortunado del mundo. Era un ángel. Su ángel. Ella le sonreía, y él sintió que su corazón se iba a salir de su pecho. La caminata le pareció eterna. Estaba viendo a los tres amores de su vida caminando hacia él.
Cuando finalmente llegó al altar, su padre le dió un beso en la mejilla, y le hizo un gesto con la cabeza a Thiago, quien respondió con una sonrisa. Se miraron a los ojos con todo el amor del mundo, y se tomaron de las manos. Thiago le susurró en el oído un “Estás hermosa” y ella pensó que se iba a derretir en ese momento. Y finalmente, apareció el sacerdote. Al verlo, a Mar se le cayeron algunas lágrimas de emoción. Era el mismo sacerdote que la había recibido de chica, el que la cuidó de bebé, y el que le dió su nombre. Ese sacerdote siempre fue importante para ella, y Thiago lo sabía, por eso lo llamó. Y no se negó ni un instante. Mar miró a Thiago y le dijo un “Gracias” en silencio.
-Estamos hoy reunidos para unir en sagrado matrimonio a Thiago Bedoya Aguero , y Marianella Tallarico Rinaldi. Estas personas, que hoy se declararán amor eterno, y unión verdadera. Comencemos con los votos.
Mar: Yo, Marianella, prometo cuidarte y amarte por el resto de mi vida. Prometo nunca cambiar, acompañarte hasta el fin del mundo, serte fiel y respetarte. Porque vos sos lo más importante que tengo en esta vida. Vos me cambiaste. Sin vos, no soy nada. Porque te amé desde el primer día que te vi, te amo y te voy a amar por siempre, con toda mi alma, porque mi corazón alguna vez va a dejar de latir, pero mi alma va a estar con vos siempre. Porque ni la muerte nos va a poder separar. Sos la persona que quiero ver cada mañana al despertar, y la última que quiero ver al dormir. No me imagino una vida sin vos. Y no tengo palabras para agradecerte tanto. Vos me ayudaste a crecer, y me diste a los dos hijos más maravillosas que pude tener. Gracias por tanto amor, y yo te prometo, te juro, que siempre la voy a pelear. La vamos a pelear juntos, no vamos a tirar la toalla. Te amo más que a nadie en éste mundo
Thiago: Yo, Thiago, prometo cuidarte y amarte por el resto de mi vida. Cada vez que te miro, siento que mi corazón late más fuerte. No paso un minuto sin pensar en vos. Porque me enseñaste una vida nueva. Y como escuché una vez,estuviste ahí, incluso cuando yo no era yo. Siempre me apoyaste y me acompañaste. A  veces pienso que nunca te voy a poder agradecer tantas cosas, y que no me alcanza el tiempo para decirte todo lo que te amo, y por eso quiero hacerlo cada día, cada minuto. No podría vivir sin vos. Y no lo voy a hacer. Voy a estar con vos siempre. Antes no creía cuando escuchaba hablar del amor a primera vista. Ahora lo entiendo. Desde que te ví, supe que eras la mujer de mi vida. Que esa chica que se cayó en la fuente, me iba a cambiar la vida. Sos la persona más hermosa que conozco en el universo, y no puedo creer que te estés casando conmigo. Nuestras almas van a estar juntas para siempre. Porque, cuando un amor es verdadero, yo me juego la vida a que es eterno. Y el nuestro lo es. Desde ese día en que nos conocimos, y para siempre. Te amo, con todo mi ser.
Ninguno de los dos pudo contener las lágrimas,al igual que el resto de los presentes
-Marianella Tallarico Rinaldi, acepta por esposo a Thiago Bedoya Agüero, para amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separe?
Mar: Acepto
-Thiago Bedoya Agüero, acepta por esposa a Marianella Tallarico Rinaldi, para amarla y respetarla, hasta que la muerte los separe?
Thiago: Sí, acepto
- Intercambien anillos, por favor
Luego de los anillos, en el que ambos lloraron de emoción, el sacerdote le dió paso a la Jueza de Paz, ante la cual firmaron los papeles de matrimonio, también con mucha emoción
-Ahora sí, ante toda esta gente, el poder judicial, y por el poder que Dios me confiere, los declaro marido, y mujer. Puede besar a la novia
Ambos se miraron, y no necesitaron decir más. Thiago se acercó a ella, tomó sus manos, y muy lentamente, le susurró
Thiago: Para siempre
Mar: Para siempre
Y con éstas palabras, que significaban más que cualquier cosa, la besó muy dulcemente, sin importarle si era su corazón el que podía sentir latiendo, o el de ella, o si las lágrimas de ella o las suyas propias eran las que empapaban sus mejillas. Solo podía pensar en que querría detener el tiempo en ese momento.
Ante todos los aplausos de la gente, se separaron. Thiago le secó una lágrima de la mejilla a Mar. En seguida, Bruno y Mora se acercaron a ellos. Y así salieron caminando, los cuatro juntos, llenos de felicidad, desde ese día,y para siempre.


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