martes, 7 de julio de 2015

Capítulo 1

Hola!! Les quería volver a pedir disculpas por si no leyeron lo de ayer, hubo un error con el capítulo!!! Así que disculpen si esperaban otra cosa!! Y les cuento que a partir de hoy empiezan los capítulos como antes! Espero que les gustee

Capítulo 1:
Algún rincón del espacio, sin lugar ni tiempo.

No entendía absolutamente nada. Esa pregunta rondaba en su cabeza sin cesar. Y le daba mucho miedo saber la respuesta. Estaba muerto?
No. La primera respuesta que se le venía a la mente era esa. No, no estaba muerto. Definitivamente, ese lugar no era como se imaginaba el Cielo. O lo que sea que haya después de morir. Cuando morías, se supone que tus familiares queridos que ya partieron te van a recibir, y viven felices eternamente. En el lugar en el que se encontraba ahora, no había nada ni nadie. Y era literal. No había nada. Se encontraba en un vacío totalmente blanco. Resultaba muy abrumador mirarlo, un lugar sin principio ni final.
Y si ese era el purgatorio? O un limbo? Estaba entre la vida y la muerte? Lo único que sabía era que no quería morir ahora. No, todavía tenía cosas para hacer en su vida. Su carrera, su familia, sus amigos…  no quería abandonarlo todo.
Tranquilizarse. Debía tranquilizarse. De nada servía ponerse a gritar y llorar. No, ya era grande para eso. Tenía que calmarse y buscar una salida, ayuda, una señal… algo.
Era totalmente ridículo. Buscar una salida de ese lugar? Lo creía imposible. No había salida. Su frustración llegó al límite, así que decidió sentarse a esperar. Tal vez en algún momento llegaba alguien a buscarlo, o se despertaba.
Trató de poner su mente en órden. Sabía que ese no era un lugar de su mundo. Por suerte, entendía esas cosas con total normalidad. recordaba casi todo, excepto cómo había llegado allí. Salió de su casa como todas las mañanas para ir a la facultad. Su mamá le dió el auto, para que no tenga que tomar el tren. La mañana estuvo muy tranquila, almorzó en el bar de la esquina, y luego volvió a estudiar. A la tarde, su mamá lo llamó para contarle que el tren que toma diariamente para asistir a la facultad había chocado gravemente. Recordó que en ese momento pensó que había sido cosa del destino, porque debería haber tomado ese tren. Pensó en eso toda la tarde, Cuando estaba volviendo a su casa, algo pasó. Porque no recordaba nada más después de eso. Unas luces muy potentes cegaron su vista…. y luego se despertó en ese lugar, totalmente confundido. Qué lógica tiene eso? La muerte. Pero sabía que no estaba muerto.
Su ropa seguía intacta. Lelvaba la remera que eligió en la mañana, los jeans azules, las zapatillas negras. En su bolsillo seguía el reloj, regalo de su papá para su cumpleaños. Lo que no estaba era su celular. Algo obvio, no? No creía encontrar señal ahí. Su billetera seguía en el otro bolsillo. La sacó, solo con la esperanza de entretenerse con algo. Esperar algo en el medio de la nada era totalmente aburrido. Dentro estaba su tarjeta de crédito, algo de dinero en efectivo, su documento y una foto de su familia, tomada hacía poco menos de 3 meses. Cada año renovaban la foto familiar que colgaba en un cuadro enorme en su casa. Su mamá había hecho varias copias de la foto, y él le había pedido una. Era muy hermosa. El fondo blanco totalmente, contrarrestando con sus ropas de colores, elegidas especialmente para combinar. Todos estaban en el piso. Mamá y papá en el centro, tomados de las manos en un gesto de puro amor. Urbino estaba entre ellos, mirando hacia algún punto, muy concentrado. Luego, delante de papá y mamá, venían Dora y Santino, sentados con las piernas cruzadas. Junto a ellos, más al costado, estaban Mariana de un lado, y Juampi del otro. Junto a papá estaba Mora, abrazándolo. Y luego estaba él, al lado de mamá, por supuesto. Tenía su mano apoyada en su rodilla. Todos tenían sonrisas enormes y hermosas, llenas de felicidad en la cara. Se notaba a simple vista que eran muy felices. Parecía la foto de una revista. Definitivamente, tenían una familia perfecta.
Los extrañaba. Parecían meses desde que no los veía. Aunque no sabía cuánto tiempo había estado ahí. Mientras decidía cómo seguir, escuchó un sonido que llamó su atención. Hizo total silencio, hasta que la sala quedó vacía de sonidos. Comenzó a pensar que había sido su imaginación, cuando lo volvió a escuchar, ahora más claramente. Era una voz
-Bruno….
Era muy débil, pero se entendía. Lo estaba llamando. Se paró de golpe, con su corazón latiendo con fuerza en su pecho. De dónde provenía?
-Bruno… seguí avanzando
Lo pensó un segundo, y luego decidió contestar
Bruno: Avanzar hacia dónde?
-Hacia adelante, por supuesto
Bruno: No veo un adelante
-Solo caminá. Nunca todo está frente a tus ojos
Bruno dudó, pero comenzó a caminar. No sabía a dónde iba a llegar, pero algo era algo. Caminó por no sabía cuanto tiempo. Le pareció que no llegaba a ningún lado. Era todo exactamente igual... Hasta que una luz más potente comenzó a verse. Asombrado, avanzó en esa dirección hasta que la luz se volvió más fuerte, y terminó por tragarlo por completo. En un momento parecía que todo había desaparecido.
Pero llegó a una sala. Una sala con grandes ventanales, llenos de luz del sol. Tuvo que cerrar sus ojos para acostumbrarse a la luz. En la sala no había nada más que las ventanas, y frente a él, un sillón, parecido más a un trono, pero simple. Había una mujer sentada en él. Tenía el cabello  largo, casi negro. Una especie de planta se enroscaba en él. Llevaba un fino vestido de seda color marfil, con mangas largas. Pero lo que más llamó su atención era que la mujer sonreía. Y era una de las sonrisas más hermosas que había visto nunca. Cálida, gentil y sincera.
-Bienvenido, Bruno. Te estábamos esperando. Yo soy Eudaimonia




3 comentarios:

  1. Llego a eudamon!!
    Espero q mar entienda q es su mision y no se deprima..... igual q el resto de la familia
    Pobresitos deben estar tan tristes

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  2. Me morí de risa con Eudamonia , espero no ser la única

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