domingo, 12 de julio de 2015

Capítulo 6

Capítulo 6:
En la noche, luego de asegurarse que sus hijos estén ya dormidos, Mar volvió al hospital. Lo que más le costaba era dejarlos. Pero sabía que ellos la entendían, y les parecía bien su decisión. Aunque Thiago no estaba tan de acuerdo. La veía cada vez más mal a Mar. Estaba mucho más delgada y pálida, no comía muy bien. Además que se deprimía mucho.
El hospital estaba en silencio durante la noche. Ella ingresaba por el sector de emergencias, en los que se escuchaban algunas voces muy bajas. Luego, se dirigía a las habitaciones. Allí sí que no se escuchaba ni un ruido. Todo estaba muy calmo. Una de las enfermeras la saludó al pasar con una sonrisa. Ella se la devolvió, pero algo triste.
Ya conocía de memoria el camino para llegar. Por la noche, cuando sabía que iba a agarrarle un ataque de llanto, salía un rato de la habitación y daba vueltas sin rumbo. Como el hospital era muy moderno, funcionaba las 24 horas. A veces iba al bar a tomar algo, a la sala de esperas, charlaba un rato con las enfermeras o los médicos, y una de sus cosas favoritas y que más la calmaban era ir a ver a los recién nacidos. Las enfermeras del lugar ya la conocían y la dejaban pasar a ver a los bebés. Hasta a veces sostenía a algunos en sus brazos. Se descubrió casi experta en hacer calmar a bebés cuando lloran sin motivo aparente. Simplemente les cantaba un poco mientras caminaba, y se quedaban dormidos. Y las enfermeras agradecían cada vez que ella llegaba.
-Te sentís mejor?
Mar: Un poco, gracias
-Dicen que ellos pueden curar muchos males del corazón
Mar: creo que sí
-Los ves, tan indefensos, y sin embargo tan llenos de vida, y te das cuenta que vale la pena seguir adelante. No te parece?
Mar: Es cierto. Gracias por dejarme quedar acá un rato
-No hay por qué, además tenemos a alguien para charlar
Finalmente, volvió a su cuarto. Estaba agotada, y sin embargo no lograba conciliar el sueño. Solo dormía unas pocas horas por día, y solo pasaba cuando el sueño la vencía.
Esa noche se sentó frente a su cama. Tomó un libro de su bolso, y comenzó a leer sin muchas ganas. Lo hacía más por tener algo para hacer.
Se llevaba libros de todas las clases. Tenía desde libros de terror, policiales, filosóficos hasta juveniles. Nadie se imaginaba que ella leería tantos libros, pero con tal de entretener su mente, hacía cualquier cosa. Era eso o llorar, y prefería lo primero.
Luego de un par de páginas, levantó la vista. Seguía siendo Bruno, eso sin dudas. Pero había algo diferente. No poder ver su sonrisa o sus ojos cálidos era como un vacío en él.
Mar: Mi amor, mi chiquito…
Hizo una pausa
Mar: Si la gente pasa por acá va a pensar que estoy loca, hablando sola. Pero no importa
Acarició un mechón de pelo que caía sobre su frente
Mar: No sé como pedirte disculpas por todo ésto. Te debería haber cuidado mejor
El silencio que sentía la asustaba, pero a la vez la llevaba a hablar más
Mar: Te juro que si pudiera, daría mi vida por la tuya. Te lo juro. No entiendo como te paso algo así a vos, que sos tan responsable.
Sintió que las lágrimas comenzaban a asomar
Mar: Pero dicen que las cosas pasan por algo. Yo no sé si estarás en algún lugar, o si me estás escuchando o no. Pero en caso de que me escuches, te pido perdón. Por todo. Nunca voy a dejar de sentirme culpable por ésto
Tomó su mano, que estaba fría
Mar: te extraño tanto.... no te imaginás cuanto. Todos te extrañamos. Espero que estés bien, eso es lo único. Y que nos cuides. Mi amor, si vos sentís que no podés pelearla más, tirá la toalla. Sé que es raro escuchar ésto de mí, pero es así. Yo no te puedo obligar a que te quedes así. Voy a hacer todo lo posible por que te mejores, pero todo depende de vos. Te juro que te voy a entender, decidas lo que decidas. Cualquier cosa por que estés bien, ya lo sabés.
Mar sintió algo en ese momento. Por primera vez, un alivio invadió su pecho, dejándola en paz consigo misma. Por fin había dicho las palabras que tanto pensaba y no podía pronunciar.
Todo iba perfecto, hasta que sintió algo que hizo que su piel se erize, su corazón se acelere y su garganta se seque.




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