sábado, 11 de julio de 2015

Capítulo 5

Capítulo 5:
Sintió una leve sacudida en su hombro, que la hizo despertar al instante, sobresaltada. Por supuesto, no tenía un sueño muy profundo. Casi nunca lo tenía.
El cuello le dolía mucho, al igual que su espalda. Trató de relajar un poco los hombros son muchos resultados. Se había quedado dormida otra vez en esos incómodos sillones. Parecía que alguien estuviera golpeando su cabeza con un martillo. La luz tan repentina y potente de la mañana hizo que cerrara los ojos instintivamente.
Cuando giró un poco su cabeza, lo vió. Estaba parado frente a ella, vestido de forma muy simple y con el pelo desaliñado, como un niño. Siempre fue su debilidad que tenga el pelo así. Le sonrió un poco, probablemente al ver su cara de dormida.Ella intentó hacer lo mismo.
Se paró del sillón y estiró un poco las piernas, adormecidas por la posición en la que había dormido. Corrección: le dolía absolutamente todo el cuerpo. Todos sus músculos estaban tensos, y sus huesos parecían hechos de hierro.
Miró hacia la ventana. Era un precioso día de sol, despejado, otoñal. Ya se notaban las primeras hojas marrones que adornaban esa época del año.
Mar: Qué hora es?
Thiago: Las siete y media
Mar: Me quedé dormida…
Thiago: Sí, me di cuenta. Cómo estás?
Mar: me duele todo
Thiago: Mi amor, te está haciendo mal quedarte acá. Por qué no volvés a casa?
Mar: Pela, sabes que no puedo
Thiago: No querés, que es distinto
Mar: No, no puedo. No puedo dejarlo solo acá
Thiago: Mar…
Mar: Por favor. Yo estoy bien acá, de verdad
Thiago: Si vos lo decís. Vamos? Los chicos ya están preguntando por vos
Mar: Sí, vamos
Antes de irse, Mar se acercó a la cama en la que yacía el cuerpo inerte de su hijo. Verlo así le partía el corazón. Los médicos se habían cansado de decirles que ya no había remedio, que debían esperar que muera por sí solo o desconectarlo, pero que ya nada se podía hacer. Pero se negaban a creerles. Acarició un poco su cabello carente de brillo, le dió un beso en la frente y salió. El miedo la invadía cada vez que dejaba la sala. El miedo de que sea su despedida, la última vez que lo vería.
Toda la familia estaba llena de miedos, no solo Mar. Todos los días, los chicos volvían a casa con el corazón en la boca esperando que un día les digan que su hermano finalmente había muerto. El miedo los acechaba cada vez que sonaba el teléfono, miedo a que sea del hospital para comunicar una mala noticia. Miedo a que sea demasiado tarde para todo.
Si había algo muy molesto en esas situaciones era que la gente preguntara todo el tiempo por la salud de esa persona. Era entendible que se preocuparan, pero, todos los días? Cada vez que salían a algún lugar público los acechaba un periodista con miles de preguntas sobre ellos. Como habían dejado de trabajar por un tiempo, y preferían no exponerse mucho, cada vez que los veían era un acoso constante.
La casa estaba silenciosa, y oscura. No era que faltara luz, sino que faltaba algo más grande e importante: alegría. Esa felicidad que se sentía apenas se entraba ahora estaba casi desaparecida
Thiago: Chicos!
Dora: Hola mami!!!
Junto con Dora venía Urbino, gateando por todo el piso. Le estiró los brazos a Mar para que lo levante, y ella comenzó a hacerle cosquillas, provocando risas muy fuertes por parte del niño.
Mar: Hola, mi amor. Cómo estás?
Dora: Bien. No sabés el experimento que acabo de hacer en el patio!
Mar: De verdad? Y lo hiciste vos sola?
Dora: Sí, todo yo solita
Mar: Muy bien! Esperá que voy a saludar a tus hermanos y lo vemos, dale?
Dora: Bueno
Santino y Juampi estaban ya despiertos, jugando con la computadora. Mar entró a su cuarto, y sonrió al verlos
Mar: Buen día, hermosos
Juampi: Hola Ma
Santi: Hola!- Santino siempre fue más apegado a su mamá, corría a saludarla cada vez que llegaba
Mar: Qué hacen?
Santi: probamos un juego nuevo
Juampi: Mirá lo que descubrí, Santi!!
Mar: Ei, no me vas a saludar vos?
Juampi: Te dije hola
Mar: No, yo quiero un beso
Juan Pedro se paró de mala gana y se acercó a Mar. Pero por supuesto, Mar lo sujetó con fuerza para llenarlo de besos
Juampi: Basta!! Me quedo sin aire
Mar: te voy a asfixiar. Sigan jugando un rato y después vamos a desayunar
Luego, encontró que Mariana ya estaba en el estudio, ensayando su nueva coreografía. Quería presentarse en un concurso en poco tiempo, y la tenia ensayando día y noche. Mar la miró un rato, sin que ella se diera cuenta que estaba allí. Definitivamente, era una gran bailarina
Mar: No te olvides de los brazos
Mariana: Ma! Hola, no te escuché
Mar: te sale cada día mejor
Mariana: De verdad? te parece que puedo participar?
Mar: No solo eso, sino que vas a ganar. Te lo aseguro.
Mariana: Igual necesito que me ayudes con algunas cosas
Mar: Sí, mi amor. Después de almorzar nos ponemos
Y por último, fue a ver a Mora. Todavía seguía acostada en su cama, usando su teléfono.
Mar: Buen día mi amor
Mora: Hola
Mar: Todo bien?
Mora: Sí
Mar: Qué simpática que sos, sobretodo a la mañana
Mora: Qué querés? Que te salte arriba?
Mar: No, pero una sonrisa no viene mal
Mora: Me duele la cabeza
Mar: Querés tomar algo?
Mora: No,  ya se me va a pasar
Mar: te pasa algo?
Mora: No, no me pasa nada mamá. No me jodas
Mar: está bien, ya entendí
Mora:-Suspirando- cómo está?
Mar: Igual
Mora: No avanzó nada?
Mar: No, nada
Mora: Igual, yo sigo creyendo que se va a recuperar. No sé, es algo que siento en el pecho.
Mar: Ojalá pase, mi amor. Ojalá

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