sábado, 13 de junio de 2015

Capítulo 205

Hola a todas! Hoy voy a subir tres capítulos, al igual que mañana! Y ya falta muy muy poco para el gran final... mañana se termina ésta historia!! Pero no se preocupen, que va a haber una tercera y última  parte!! Y se viene el gran final, con el que se van a sorprender todas... espero que les guste y gracias por todo!

Capítulo 205:
Cuatro meses después
Parecía que finalmente, la familia estaba en orden. Bueno, muchos pensarán que su concepto de orden es muy raro y anormal, pero estaban viviendo días de mucha tranquilidad, al menos en lo que a ellos respecta. La “tranquilidad” no significaba lo mismo en una casa de familia tipo que en la suya, obviamente. La tranquilidad de una familia cualquiera es vivir sin complicaciones, sin conflictos ni peleas. En su caso, era todo lo contrario. Es más, si notaban que todo estaba muy pacífico, significaba que algo estaba mal. Porque la casa podía ser cualquier cosa menos pacífica.
Para sorpresa de todos, Vicente fue el último bebé de la familia, por lo menos por bastante tiempo. Por un lado, estaban aliviados de no tener que lidiar más con embarazos, partos, bebés recién nacidos ni visitas al hospital. Y la verdad era que ya había suficientes chicos dando vueltas por todos lados.
Aunque cada uno ya tenía su casa, nunca dejaron ni nunca dejarían de ir a la mansión siempre que tengan un rato libre. Y como eso pasa muy seguido, la casa Inchausti está siempre llena de gente. En realidad, hacía poco que su amada mansión se había convertido en lo que ellos ya conocían, pero a la vez no: El colegio Mandalay. Cielo y Nico fundaron el colegio en ese lugar, y ellos se mudaron a una casa más pequeña, ahora que ya no tenían a 20 chicos a su cargo. Pero por supuesto que la mansión nunca iba a dejar de ser lo que siempre fue, así que se pasaban mucho tiempo dando vueltas por ahí, además de que todos los chicos estudiaban en ese colegio. Era su lugar de reunión, su lugar en el mundo.
El colegio Mandalay funcionaba a la perfección, y todos estaban orgullosos del proyecto. Aunque ya lo conocían del pasado/ futuro/ presente -éste es el momento en donde las líneas temporales comienzan a mezclarse, creando un caos de realidades- nunca lo habían visto de esa forma, desde sus comienzos.
Todos y cada uno de ellos vivían felices. Tal vez pasaban por momentos más complicados, pero siempre pudieron resolverlos.
Mar y Thiago vivían el sueño de la vida perfecta: sus trabajos soñados, sus siete hijos hermosos, su casa enorme, sus amigos increíbles, y por supuesto, su relación de cuentos de hadas. A muchos les llamaba la atención cómo podían seguir tan enamorados después de tanto, pero ellos no se preocupaban por eso. Disfrutaban de su vida a pleno, como les habían enseñado. Eso no quiere decir que no existían las peleas, porque de esas encontraban muchas. Es más, era raro el día en que no se escuchara alguna pelea. Entre hermanos, entre padre o madre e hijo, y algunas veces entre ellos. Pero siempre terminaban riendo de lo ocurrido, sus peleas nunca duraban mucho. Entre hermanos se querían mucho, eran muy cómplices. Discutían por cualquier cosa, eso sí. Pero así llevaban su día a día. Les encantaban los momentos familiares, en especial las comidas, cuando se sentaban todos juntos y contaban sobre su día. Bruno sobre la facultad, Mora sobre la escuela, Mariana de algún concurso de baile, Juampi de una carrera, Santi de un libro, Dora de sus compañeros, y Urubino, que miraba e intentaba decir algo, aunque nadie entendía lo que quería.
El resto de los chicos también vivían muy felices en sus vidas de adultos. Jaz y Tacho comenzaban a vivir las primeras etapas de tener un hijo pre-adolescente, lo que les traía un gran dolor de cabeza. Rama y Kika trabajaban en un proyecto del colegio, el de la biblioteca abierta. Vale y Simón todavía se acostumbraban a la vida de su bebé, pero poco a poco comenzaban a retomar sus labores. Simón comenzó a trabajar en una clínica especial como psicólogo, y Vale se pasaba días encerrada en su estudio, escribiendo el guión de su próxima película. Tefi y Luca seguían chocando, como siempre, pero Tefi terminó por acostumbrarse a sus vestuarios nada formales, y hasta le gustaban un poco. Luca estaba trasladando su taller a uno mayor y más céntrico. Nacho y Cari se la pasaban viajando en el último tiempo, ya que Nacho estaba haciendo algunos negocios en España, con una empresa muy importante. Y siempre llevaba a su Paisa con él, que lo hacía mantener los pies sobre la tierra. Melody y teo estaban en ese momento de vacaciones en algún lugar soleado y caluroso, disfrutando de los éxitos de sus trabajos. Melody y Tefi tenían su propio negocio de diseño, y habían progresado mucho. Y Cielo y Nico estaban felices al ver que su amado y tan deseado proyecto avanzaba a pasos agigantados, y que sobretodo, servía mucho para toda la sociedad.
Todo parecía estar perfecto. No recordaban un tiempo en el que estuvieran tan en paz, sin ningún inconveniente. Cielo muchas veces los miraba con una sonrisa triste porque ella sabía lo que se estaba a punto de avecinar, y sabía que cambiaría todo. Porque no faltaba mucho tiempo para que su misión empiece de verdad, y para que todo dé un giro de 360°.

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